Las nuevas alfabetizaciones ante los múltiples lenguajes de la cultura multimodal

El texto que reproduzco a continuación es un apartado del capítulo 3 del libro titulado ALFABETIZACIONES Y TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN que próximamente publicará la editorial Síntesis (Madrid, 2008). Este libro lo hemos escrito conjuntamente Manuel Area (Universidad de La Laguna), Begoña Gros (Universidad Autónoma de Barcelona), y Miguel A. Marzal (Universidad Carlos III de Madrid)
La función primordial de la educación en general, y de la escuela en particular, es la socialización cultural de los niños y jóvenes entendida como la inmersión en las formas, significados, normas y prácticas socioculturales de la sociedad en la que tienen que vivir. La alfabetización básicamente consiste en el proceso de adquisición de los conocimientos y competencias que permiten el acceso a la información y la cultura empleando distintos lenguajes y artefactos.
Hoy en día, al menos en los países más desarrollados, la alfabetización en la cultura impresa no es una meta prioritaria de las políticas educativas ya que la escolaridad obligatoria es una realidad desde hace más de tres décadas que abarca toda la infancia y la edad de la adolescencia. Por eso puede afirmarse que el analfabetismo prácticamente está erradicado en los países occidentales. Sin embargo, en el último cuarto del siglo XX, con el desarrollo de la tecnología audiovisual e informática han surgido nuevas formas de expresión y difusión de la cultura vehiculada a través de códigos de representación distintos del textual y a través de medios o soportes técnicos que no son impresos, sino de naturaleza electrónica. Los hipertextos, los gráficos en 3D, los mundos virtuales, los videoclips, las simulaciones, la comunicación en tiempo real y simultánea entre varios sujetos a través de un ordenador, la videoconferencia, los mensajes y correos escritos a través de telefonía móvil o de Internet, la navegación a través de la WWW, la presentación multimedia mediante diapositivas digitales, entre otras muchas formas, representan un caleidoscopio de códigos expresivos y acciones comunicativas bien diferenciadas de lo que es la comunicación a través de la escritura y lectura en documentos de papel.
La paradoja educativa es que cuando en los países desarrollados se ha logrado alfabetizar a la casi totalidad de la población en los códigos simbólicos y expresivos de la cultura impresa ha surgido un nuevo tipo de analfabetismo: el de aquellos colectivos sociales e individuos que no poseen las competencias y habilidades para obtener información y comunicarse a través de la tecnología digital. Este analfabetismo afecta principalmente a las personas adultas, muchas de las cuales son incapaces o han renunciado al uso de las TICs porque el esfuerzo formativo para entenderlas y manipularlas es demasiado costoso para que lo afronten con éxito. Aunque la tecnología del software informático ha avanzado espectacularmente en facilitar la interacción de los usuarios con los ordenadores a través de interfaces intuitivas y gráficas o con programas inteligentes que resuelven por sí solos tareas o situaciones problemáticas sin la intervención del usuario (p.e. instalar software, descargar archivos, localizar información en una base de datos, reconocimiento automatizado de nuevo hardware, etc.) todo ello resulta complejo e ininteligible para aquellas personas adultas que nunca han tenido contacto con las computadoras y demás artilugios informáticos (scanners, grabadoras de CDROM, impresoras, proyectores multimedia, cámaras digitales, lápiz óptico, agendas electrónicas, …).
El concepto de alfabetización surgió con la necesidad de adquirir y dominar las reglas y procedimientos de codificación y decodificación del pensamiento expresado a través de los símbolos del alfabeto fenicio, pero difundido por la cultura grecolatina. En este sentido es necesario recordar que la palabra “alfabeto” hace referencia al nombre de las dos primeras letras o símbolos de la lengua griega: alfa (α) y beta (β). Por extensión se consideró que el conjunto de los símbolos así como de las formas de agruparlos (la sintaxis) para producir significado en una determinada lengua fuera denominado alfabeto. En consecuencia, la persona que dominaba dichos códigos tanto en la decodificación de su significado como en la producción escrita del mismo era considerado un sujeto “alfabetizado”, y quien no poseía dichas competencias se le añadía el prefijo negativo, y en consecuencia, se decía que era un sujeto “analfabeto”, es decir, que carecía del conocimiento del alfabeto.
Hoy en día, existe consenso de que la formación integral de un ciudadano del siglo XXI no puede quedar reducida a la formación o alfabetización en la cultura escrita e impresa. Los tiempos han cambiado y vivimos un periodo o etapa histórica en las que se imponen nuevas formas y contenidos culturales transmitidos a través de medios no impresos. El panorama actual, en este inicio del siglo XXI, representa un escenario radicalmente distinto al existente en la llamada sociedad industrial de los dos últimos siglos.
La cultura del siglo XXI es multimodal, es decir, se expresa, produce y distribuye a través de múltiples tipos de soportes (papel, pantalla), mediante diversas tecnologías (libros, televisión, computadoras, móviles, Internet, DVD, …) y empleando distintos formatos y lenguajes representacionales (texto escrito, gráficos, lenguaje audiovisual, hipertextos, etc.). Por ello, desde hace, al menos, dos décadas distintos expertos, colectivos, asociaciones y especialistas educativos reclaman la necesidad de que se incorporen nuevas alfabetizaciones al sistema educativo. Alfabetizaciones centradas bien en la adquisición de las competencias de producción y análisis del lenguaje audiovisual, en el dominio del uso de los recursos y lenguajes informáticos, o en el desarrollo de habilidades de búsqueda, selección y reconstrucción de la información. Veamos a continuación, brevemente, las características de estas propuestas alternativas de la alfabetización tradicional en lectoescritura que podemos denominar como «nuevas alfabetizaciones».
LAS NUEVAS ALFABETIZACIONES
Alfabetización audiovisual
Se desarrolla con la finalidad de formar al alumnado como sujeto con capacidad para analizar y producir textos audiovisuales así como para prepararlo para el consumo crítico de los productos de los medios de masas como el cine, televisión o publicidad. Se considera la imagen y sus distintas formas expresivas como un “lenguaje” con sus propios elementos y sintaxis. Se implementó parcialmente en el sistema escolar en los años ochenta y noventa.
Alfabetización tecnológica o digital
El propósito de esta alfabetización es desarrollar en los sujetos las habilidades para el uso de la informática en sus distintas variantes tecnológicas: computadoras personales, navegación por Internet, uso de software de diversa naturaleza. Se centra en enseñar a manejar el hardware y el software. Tuvo un desarrollo limitado en el sistema escolar en la década de los noventa, aunque continúa en la actualidad.
Alfabetización informacional
El origen de esta propuesta procede de los ambientes bibliotecarios. Surge como respuesta a la complejidad del acceso a las nuevas fuentes bibliográficas distribuidas en bases de datos digitales. Se pretende desarrollar las competencias y habilidades para saber buscar información en función de un propósito dado, localizarla, seleccionarla, analizarla, y reconstruirla.
Multialfabetización
El concepto procede del ámbito anglosajón formulado por el New London Group a mediados de la década de los noventa. Defiende que en una sociedad multimodal debe prepararse y cualificarse al alumnado ante los múltiples medios y lenguajes de la cultura del tiempo actual con un planteamiento integrado de los distintos alfabetismos

Un comentario

  1. Soy Luz Armida Urtusuástegui Pérez, estudiante del Módulo Propedéutico de la Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas en el CECTE.

    Es muy interesante todas las vertientes que se obtienen para la Alfabetización, anteriormente tenía la idea de que solo había personas alfabetizadas y personas analfabetas.
    Considero muy importante las aportaciones que se hacen en el libro y reconozco que será de gran utilidad para todos los docentes y como menciona el autor los nuevos docentes.

No se admiten más comentarios