Los niños ya no traen al nacer panes bajo el brazo sino dispositivos electrónicos implantados en la mano. Nacen y el mundo que ven no es el mismo que ven sus padres ni el que verán dentro de cinco años. Sobre todo, es un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa. La civilización digital marcará toda su existencia y lo hará hasta límites insospechados. Nadie sabe qué nuevas tecnologías existirán dentro de treinta años, qué trabajos desaparecerán y cuáles nacerán. Nadie sabe qué oportunidades y
Source: www.diariovasco.com
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