Leo en la prensa el artículo ‘El cajero automático de libros’ catapulta a Gutenberg donde se anuncia la creación de un tipo de imprenta que en pocos minutos nos permite seleccionar un libro e imprimirlo en papel. Este aparato o impresora de nueva generación se llama Espresso Book Machine y vendría a ser como un cajero automático de libros. Fui informado de esta noticia por Fernando R. Junco, bibliotecario de la Universidad de La Laguna.
Según la noticia, esta máquina fue
«Presentada en la librería Blackwell de Charing Cross Road, la calle que durante décadas ha sido la meca de los libreros de Londres, el abanico de libros disponibles de la nueva impresora asciende a 500.000, incluida, por ejemplo, una edición facsímil del manuscrito original de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll. Y la cifra se va a incrementar en cuestión de meses. La librería espera aumentar el catálogo hasta el millón de títulos a finales de verano; algo así como 37 kilómetros de estanterías, o más de 50 librerías comprimidas en una sola. La mayoría de los libros incluidos son obras cuyos derechos de autor han caducado pero la librería ya colabora con varias editoriales británicas para aumentar el número de libros sujetos a derechos de autor.«
Mi capacidad de asombro ante los inventos tecnológicos y su repercusión sobre la cultura, no deja de crecer. Hasta hace muy poco hablábamos de los ebooks como los artilugios que iban a transformar la industria editorial y el comportamiento de los lectores a través de nuevas formas de consumo de los libros. En la noticia comentada se señala que este aparato, ubicado en pequeñas librerías, permitirá que éstas puedan competir con los grandes almacenes o tiendas de libros ya que no se necesitarán tener almacenados los ejemplares físicos ya que la «publicación» se ejecuta al instante. De este modo, tampoco tiene mucho sentido la «desclasificación» de los libros porque éstos siempre estarán en una base de datos digitalizada de forma que se imprimen en función de la demanda…
El cacharro es bastante aparatoso (parece una fotocopiadora gigante), pero parece eficaz tal como se muestra en este vídeo que he encontrado de promoción de dicha imprenta instantánea. Pero no sé que pensar. Por una parte me sugiere que la existencia de estos aparatos darán un nuevo sentido a las publicaciones en papel. Es decir, las publicaciones impresas continuarán existiendo, pero adaptada a la instantenidad de la solicitud del cliente. Ello implicará la desaparición de los «intermediarios» entre el autor y el lector (me refiero a las imprentas y los distribuidores). Sin embargo, las editoriales y las librerías seguirían siendo necesarias. Las primeras como instancias que seleccionan y dan forma cuidada formalmente a la obra. Las librerías como el punto de contacto directo con el cliente.
Sin embargo, sigo teniendo dudas, muchas dudas de si en el próximo futuro el papel seguirá teniendo sentido. Intuyo que las pantallas, en formato de artilugio de ebook, serán los soportes más utilizados para la lectura…. Pero bueno, habremos de estar atentos a la llegada de estos mastonontes impresores. Vean el video y juzguen Uds. mismos.
Había oido hablar de la edición bajo demanda pero no había visto el aparato. Comparto con Manuel las dudas acerca de la permanencia del papel como uno de los soportes más utilizados para la lectura pero aún está muy lejos de desaparecer. He llegado a imaginar que, tal vez, el libro, en un futuro no muy lejano, vuelva a ser un objeto de colección y que se harán ediciones lujosas para coleccionistas como en la edad media
Había oido hablar de la edición bajo demanda pero no había visto el aparato.
Comparto con Manuel las dudas acerca de la permanencia del papel como uno de los soportes más utilizados para la lectura pero aún está muy lejos de desaparecer. He llegado a imaginar que, tal vez, el libro, en un futuro no muy lejano, vuelva a ser un objeto de colección y que se harán ediciones lujosas para coleccionistas como en la edad media