A continuación (véase grafico) presentaré un modelo/esquema general del conjunto de fases y tareas que implica planificar, desarrollar y evaluar una red docente para el trabajo colaborativo entre profesores a través de espacios o aulas virtuales. Entiéndase esta guía simplemente como un conjunto de sugerencias u orientaciones generales derivadas de mi propia experiencia y que no tienen potencial prescriptivo. Por otra parte, aunque la tareas propuestas están secuenciadas en determinado orden, muchas de ellas en la práctica se desarrollan de forma paralela y simultánea. Estos pasos o acciones propuestas deben entenderse como un referente que cada grupo o colectivo deberá valorar, y si lo considera útil aplicarla y/o adaptarla a sus necesidades.
FASES DEL PROCESO PARA ORGANIZAR UNA RED DOCENTE VIRTUAL
2. Decidir el modelo organizativo del grupo y de la utilización de los espacios virtuales 3. Explorar y formarse para la utilización de los distintos recursos informáticos de los espacios virtuales
4. Planificar y crear el espacio virtual colaborativo
5. Gestionar y coordinar el uso del espacio virtual
6. Evaluar (y mejorar) de forma continua tanto el espacio virtual como su utilidad para el grupo de trabajo
1. Identificar un problema y elaborar el plan/proyecto del grupo de trabajo
La elaboración de un proyecto o plan de trabajo de un grupo o conjunto de grupos de profesores para desarrollar tareas conjuntas es la parte más relevante y que probablemente consuma mayor tiempo y esfuerzo. El proyecto o plan de innovación que elabora y asume el grupo de trabajo es lo que dará razón de ser y sentido a todo el proceso de colaboración. Si este proyecto no está bien definido o los participantes no se comprometen con el mismo difícilmente el trabajo a través de la Red virtual podrá funcionar adecuadamente.
En esta fase de elaboración del proyecto de trabajo debieran ser tratados los siguientes aspectos:
– Identificar un tema/problema de la práctica educativa alrededor del cual se elaborará un plan o proyecto de trabajo del grupo.
– Clarificar las razones y motivos de realización de la experiencia estableciendo por qué se realiza y para qué. Convendría en este sentido, hacer explícitos mediante un documento las metas y objetivos del proyecto de trabajo y lo que se espera conseguir.
– Establecer una metodología de trabajo y temporalización para el desarrollo del proyecto.
– Acordar el tipo de difusión que se va a dar a la experiencia. Es decir, si posteriormente se va a elaborar un informe de la experiencia y su posible difusión en otros ámbitos educativos.
2. Decidir el modelo organizativo del grupo y la utilización de los espacios virtuales
Esta segunda fase o tarea (puede desarrollarse de forma simultánea a la anterior) persigue clarificar la organización y proceso de trabajo que se va a seguir. Esto significará:
– Negociar e identificar los compromisos y tareas a las que se responsabilizan cada uno de los miembros del equipo. Es decir, es necesario explicitar (a modo de una especie de contrato verbal) qué funciones desempeñará cada agente: qué aportará cada uno al equipo y qué recibirá a cambio.
– Valorar y decidir que actividades/tareas se desarrollarán presencialmente y cuáles se desarrollarán a través de espacio virtual y para qué fines
– Seleccionar una plataforma o software para el trabajo colaborativo. En el mercado existen varios tipos, muchos de ellos gratuitos y pertenecientes al software libre. Entre las mismas sugerimos MOODLE y/o BSCW (Basic Support for Cooperative Working) ya que son las más difundidas. Esta tarea en muchas ocasiones no tiene que decidirla el grupo de trabajo, sino que le viene dada por parte de un CEP u otro organismo.
3. Formar a los miembros del grupo para la utilización de los distintos recursos informáticos de los espacios virtuales
La intencionalidad de esta fase, simultánea a la anterior, es chequear la disponibilidad de la infraestructura de recursos informáticos para todos los miembros del grupo docente, y adquirir las competencias y destrezas para saber utilizar y comunicarse empleando el software correspondiente.
Más específicamente las tareas a desarrollar serían:
– Valorar en qué medida todos los miembros del equipo de profesores disponen de los recursos tecnológicos necesarios para utilizar el espacio virtual (ordenador, software, acceso a banda ancha, …)
– Ofrecer la formación necesaria para que todos los miembros del equipo de profesores dispongan del conocimiento y destrezas necesarias para saber utilizar los distintos recursos del aula/espacio virtual creado para el trabajo colaborativo: emplear correctamente las claves y contraseñas de acceso, leer y enviar mensajes y noticias, participar en foros de debate, elaborar diarios/blogs, construir un documento conjunto a través de wiki, subir/bajar archivos, etc.
4. Planificar y crear el espacio virtual colaborativo
Esta fase consiste en la planificación, desarrollo y operativización de los distintos recursos o componentes que configurarán el aula o espacio virtual de trabajo. Ello exige que las personas implicadas posean algunos conocimientos técnicos necesarios para crear foros, enlazar archivos o páginas web, dar de alta a usuarios, incorporar imágenes u otro tipo de archivos multimedia, etc.
En concreto, las tareas a poner en práctica serán:
– Decidir si va a existir una única aula/espacio virtual para todos los grupos de docentes participantes o bien un aula específica para cada grupo (junto con algún recurso compartido entre todos los grupos).
– Decidir qué información/recursos serán de acceso público para cualquier navegante de Internet, y cuáles serán privados (se pedirá contraseña) para los miembros de la Red docente.
– Planificar los elementos o componentes del aula/espacio virtual y la estructura de la misma.
– A modo de sugerencia se recomiendan la incorporación de recursos o secciones como:
· Foro de intervenciones o debate
· Biblioteca de documentos
· Noticias
· Calendario
· Diario/blog del equipo y/o de cada miembro
· Wiki (durante el proceso de elaboración de documentos comunes)
· Enlaces bien a otras redes de profesores, a webs institucionales, a portales educativos, etc.
5. Gestionar y coordinar el uso del espacio virtual
La mera creación del espacio virtual no garantiza su utilización. El éxito y validez del espacio virtual dependerá fundamentalmente de la participación activa de los miembros del equipo o grupo docente. Sin embargo, esta participación puede facilitarse y estimularse si existe la figura del coordinador del aula virtual. Esta figura es clave ya que debe estar permanentemente chequeando el grado de entradas y participación del conjunto del colectivo docente así como de cada uno de los miembros de la red, animar y propiciar los debates e intervenciones, el envío y comentario de noticias, resolver las dudas y problemas técnicos que se planteen, …
En definitiva, las tareas a desarrollar serían:
– Elegir a un docente para que actúe como coordinador del aula o espacio virtual (es decir, que tenga ciertos privilegios informáticos que van más allá del resto de usuarios). Esta elección puede recaer sobre el coordinador del proyecto de investigación/innovación, o bien desempeñarla otro profesor experto o con las compentencias necesarias de gestión del aula virtual.
– Este coordinador del espacio virtual debe desempeñar las tareas de:
. Supervisar de forma permanente el grado de entradas y participación de cada uno de los miembros de la red
. Comunicarse, siempre que sea necesario, individualmente (correo electrónico o mensajería interna) con cada miembro integrante de la red para proporcionarle información sobre el grado de uso que realiza del espacio virtual, y animarle a seguir participando de forma más activa.
. Resolver las dudas y problemas técnicos que planteen los distintos docentes del colectivo pertenecientes a dicha red
. Animar a la participación en los foros de debate enviando comentarios, dando respuesta a cualquier pregunta, planteando nuevos interrogantes, enviando noticias, etc.
. Chequear y renovar de forma constante la estructura y elementos que configuran el aula virtual: bien añadiendo, modificando o suprimiendo nuevos recursos y secciones, como pudieran ser encuestas, diarios, noticias, fechas del calendario,…; bien dando de alta o baja a los distintos miembros de la red; bien alterando el formato e interface del espacio virtual.
6. Evaluar (y mejorar) de forma continua tanto el espacio virtual como su utilidad para el grupo de trabajo
Al igual que otras acciones educativas, la evaluación continua debe ser una tarea que de forma habitual tiene que estar realizando el colectivo o grupo docente. La revisión y valoración de la marcha del proceso de trabajo y la utilidad del espacio virtual debe ser una constante en cualquier proyecto colaborativo.
Esta revisión evaluativa debiera analizar cuestiones relativas a:
– Nivel de accesos y utilización del espacio virtual por cada uno de los miembros de la red
– Grado de participación activa en cada sección o componente del espacio virtual para saber cuáles son más útiles y cuáles menos necesarios para el funcionamiento del grupo
– Desempeño de las tareas de coordinación y administración del espacio virtual
– Estructura, diseño y formato del espacio virtual
– Funcionamiento del servidor y red de telecomunicaciones
Finalmente resta indicar que todo proceso evaluativo persigue no sólo saber en qué medida está funcionando adecuadamente el grupo a través de la red virtual, sino también, y sobre todo, la evaluación debe servir para hacer propuestas de mejora. Esta tarea de autorrevisión del funcionamiento del espacio virtual permitirá al grupo realizar una especie de alto en el camino para reflexionar e identificar qué aspectos o actividades son las más potentes y/o deficientes en el proceso de trabajo desarrollado a través de los recursos telemáticos, y en función de dicho análisis el grupo debiera realizar una propuesta de mejora de los mismos.