Soy un adulto de cuarentaytantos años que tuvo la oportunidad de asistir al nacimiento y evolución de la llamada «informática educativa» en nuestro país. Mi primer ordenador lo tuve en 1982 con 21 años (un Spectrum de 48 k) ¿se acuerdan?. Tenía que enchufarlo a la televisión y a un magnetófono porque el almacenamiento del software y datos era en una cinta de cassette. Poco tiempo después, en 1988, compré mi primer PC (no tenía disco duro, pero sí dos disketteras: una de 5 1/4, y la otra de 3 1/2). Recuerdo que era de la marca Phillips con un monitor de fósforo verde que funcionaba con MSDOS (lo que exigía conocimientos del lenguaje Basic), y utilizaba como procedor de texto, aquel programa llamado WordPerfect (que me parecía auténticamente mágico y maravilloso). En fin, parece que estoy hablando de los tiempos de la prehistoria de la informática……
Pero en este post no quería contar mi experiencia personal con las computadoras, sino iniciar una serie de artículos dedicados a revisar el proceso de incorporación de las TICs al sistema escolar español. Hoy comenzaré recordando los primeros programas gubernamentales que iniciaron la dotación de computadoras a los centros educativos desarrollados a mediados de la década de los años ochenta del siglo pasado.
Los inicios: La década de los ochenta o la edad de la inocencia
A finales de los años setenta y principios de los ochenta distintos gobiernos occidentales incorporaron a sus políticas educativas la necesidad de que los ordenadores entraran en los centros educativas. En aquel periodo se produjo, lo que pudiéramos denominar como la primera ola destinada a la generalización de los ordenadores en el sistema educativo no universitario. Esta primera fase se caracterizó por la incorporación al curriculum de asignaturas relacionas con la informática, por la creación de programas y planes oficiales destinados a la adquisición y dotación a los centros educativos de equipos y hardware informático, por el uso de los ordenadores para la gestión administrativa de los centros (matrículas, calificaciones, expedientes, …), por la creación de programas o software educativo, y por las primeras acciones de formación del profesorado en este campo.
Este hecho produjo (o al menos impulsó) un clima social de entusiasmo y expectativas favorables hacia la informática como una especie de talismán (Somekh, 1992) generador de profundas transformaciones de los sistemas formativos. Un repaso a las publicaciones de aquella época tanto en libros como en revistas, así como a las aportaciones a los distintos congresos celebrados en la década de los ochenta nos permitirían tener una visión más precisa de este clima o fe en la tecnología como impulsora de la renovación pedagógica en el conjunto del sistema escolar.
En aquel tiempo las computadoras todavía no se habían popularizado y solamente estaban al alcance de unos pocos profesores iniciados debido, entre otros factores, a que el software resultaba altamente complejo en su uso (hacía falta conocimientos de programación en Basic y otros lenguajes de alto nivel), apenas existían programas elaborados específicamente para la enseñanza, la interface o entorno de trabajo en la pantalla era únicamente en modo texto sin iconos o representaciones multimedia, la tecnología era poco potente y su coste económico era elevado tanto para los usurarios como para los centros educativos.
En el contexto español el proceso de incorporación de la tecnología informática a las escuelas se inició institucionalmente con el Proyecto «Atenea» impulsado por el Ministerio de Educación y Ciencia del gobierno socialista a mediados de los años ochenta que posteriormente se constituyó en el “Programa de Nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación” (PNTIC). De forma paralela distintas comunidades autónomas con competencias plenas en materia educativa también crearon sus propios planes dirigidos a impulsar el uso de los ordenadores en el marco escolar. Los proyectos «Abrente» y «Estrela» en Galicia, el Plan «Zahara» en Andalucía, el «Plan Vasco de Informática Educativa«, el «Programa Informática a l´Ensenyament» de Valencia, el proyecto «Ábaco» en Canarias o el «Plan de Informática Educativa» de Cataluña fueron algunas de las experiencias institucionales desarrolladas. Una descripción más completa de los mismos puede verse en PNTIC (1991).
Estos programas dieron la cobertura y legitimación oficiales a aquellas experiencias pioneras que habían iniciado a título individual distintos profesores. Con algún Spectrum, Commodore, y más tarde con los PCs clónicos (que, en muchas ocasiones, no tenía ni disco duro) se organizaron las primeras “aulas de informática”, y se impartieron cursos de programación Basic, de software de procesadores de texto, o de bases de datos. Debido a la precariedad de los equipos, a la complejidad técnica de la informática, a las interfaces poco amigables los docentes que usaban ordenadores en su enseñanza estaban más preocupados por las dificultades tecnológicas (conexiones del hardware, programación, instalación del software, ….) que por la propiamente pedagógicas (es decir, qué tipo de actividades didácticas debían realizar el alumnado con los ordenadores para adquirir los conocimientos del curriculum).
En aquel tiempo, la propuesta más extendida de uso de la informática en la educación secundaria fue el método conocido como EAO (Enseñanza Asistida por Ordenador) que consistía en el desarrollo de las tesis conductistas de la enseñanza programa de Skinner aunque, es necesario reconocer, que los planteamientos piagetianos se proyectaron en la famosa “tortuga” del proyecto LOGO impulsado por Papert que muchos nombraban, pero que pocos ponían en práctica.
También es necesario recordar que la “enseñanza de la informática”, es decir, si debiera ser una asignatura obligatoria/optativa en la formación del alumnado de secundaria, fue centro de preocupación en muchos debates, y de hecho, esta asignatura se impartió en numerosos centros con resultados muy discutibles.
De forma paralela, muchos profesores y proyectos apostaron por la denominada “integración curricular” de la informática, es decir, utilizar ordenadores, pero no como un fin en sí mismo, sino al servicio de los objetivos y contenidos de las distintas asignaturas. Para los adolescentes de los años ochenta la informática era una desconocida en la mayor parte de los hogares españoles, si exceptuamos la primera generación de consolas de videojuegos.
Las principales dificultades y limitaciones del uso escolar de los ordenadores eran fundamentalmente en la ausencia de tecnología, tanto de hardware como de software, en los centros, y en la carencia de formación o alfabetización para su uso por parte del profesorado. Por ello la mayor parte de los programas oficiales anteriormente referidos centraron sus esfuerzos en superar ambas limitaciones. Los esfuerzos de los equipos directivos consistían en conseguir algún ordenador para su centro o dotar suficientemente de nuevos ordenadores al aula de informática. Y al unísono, los docentes individuales interesados en esta temática, perseguían recibir algún cursillo sobre MS-DOS, Worperfect, o DBaseIII, por citar algunos de los más ofertados en aquel periodo.
Sin embargo, lo que nadie discutió, y fue, seguramente, el mayor éxito de los ordenadores en los centros educativos, es que éstos fueran utilizados en la gestión y administración escolar (matrículas del alumnado, bases de datos de calificaciones, archivo de documentos, horarios, planificaciones, …). Hacia mediados de los años noventa prácticamente todos los centros educativos españoles tenían en su secretaría y/o dirección ordenadores y era impensable que la gestión administrativa escolar pudiera seguir realizándose exclusivamente con papel y lapiz. Sin embargo, su uso en el contexto de aula era prácticamente una rareza.
En definitiva, la utilización propiamente educativa de los ordenadores con el alumnado, en consecuencia, era minoritaria y apenas trascendió más allá de docentes individuales y de algunos centros que convirtieron a las nuevas tecnologías en una de sus metas. Fue una etapa cargada de ingenuidad e inocencia en la que se confió, en exceso, que la informática se extendería por todos los centros de forma rápida, y que ésta innovaría y aumentaría la calidad de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Además tenemos que señalar que a principios de la década de los noventa muchos de los citados programas de apoyo a la incorporación de los ordenadores a las escuelas desaparecieron o se estancaron, entre otras razones, porque las autoridades de la administración educativa centraron sus esfuerzos en la aplicación de la LOGSE.
NOTA del autor del blog
Tuve la oportunidad de participar en el primer estudio evaluativo del Proyecto Atenea realizado en el curso 1987-88 (y publicado en 1989) por encargo del propio programa a un equipo dirigido por el prof. J.M. Escudero Muñoz. A través de cuestionarios y entrevistas al profesorado, a los monitores y coordinadores participantes en el proyecto, a los equipos directivos de los centros, así como a través de realización de observaciones del uso de los ordenadores en el aula, pudimos realizar un informe bastante detallado de las perspectivas, valoraciones y prácticas desarrolladas en aquellas fechas.
En el informe publicado en papel hace ya casi veinte años -no hay versión electrónica- se concluyó:
– que el proyecto gozaba de un grado bastante positivo de aceptación por parte de los agentes educativos implicados
– que el proyecto estaba todavía en una fase de movilización y adopción inicial y lejos, todavía, de alcanzar los objetivos previstos de integración curricular de los ordenadores
– que la práctica de aula con computadores era todavía muy escasa, entre otras razones, por insuficiencia en el software y de recursos informáticos específicamente educativos, por las condiciones de trabajo del profesorado, así como por la formación inicial recibida por éstos centrada en los aspectos más técnicos de la informática y carante de formación pedagógica adecuada.
Este informe se tituló Informe de Progreso. Fase Exploratoia (Proyecto Atenea), y fue publicado por la Secretaría de Estado de Educación del MEC, Madrid, 1989. Su difusión fue bastante limitada (y en consecuencia poco conocida), pero durante el proceso de elaboración del estudio (tanto en la elaboración de los cuestionarios como en la recogida de datos a través de entrevistas y observaciones de aula) participaron directamente gran parte de los monitores/profesores del proyecto. Este proceso sirvió como pretexto o estímulo para el debate interno sobre la marcha del propio proyecto. Muchas de las sesiones de formación de los monitores, de debate de la evaluación del proyecto Atenea, así como la reuniones de trabajo sobre el mismo se desarrollaron en la antigua sede de la Universidad Laboral de Alcalá de Henares. Aún recuerdo aquellas habitaciones pequeñas y monacales en las que nos alojaban, y de las escapadas nocturnas al Madrid del final de la «movida».
….. seguiremos con un próximo artículo sobre la situación de los programas de informática educativa en los años noventa en España
Para saber más sobre aquella época
J. Arango Villa-Belda «El Proyecto Atenea: un plan para la introducción nacional de la informática en la escuela». Revista de educación, ISSN 0034-8082, Nº 276, 1985 , pags. 5-12
J.M. Escudero: «La evaluación de los Proyectos Atenea y Mercurio. Las nuevas tecnologías en la educación», Santander, ICE de la Universidad de Cantabria, 1992, pgs. 245-267.
PNTIC: Informe de progreso. Fase exploratoria. Proyecto Atenea. Secretaría de Estado del Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1989.
PNTIC: Las nuevas tecnologías de la información en la educación. Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1991.
No soy de los que piensa que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero si me ha gustado leer tu comentario.
No voy a relatar aquí mis inicios con la informática por los finales de los ochenta porque más o menos todos recorrimos los mismos pasos, pero, sin embargo, quiero aprovechar la ocasión para mencionar cuando en el curso 1989/90 el MEC nos convocaba a maestro y demás profesionales de los centros de educación especial y de integración de toda España al desaparecido Centro Nacional de Recursos para la Educación Especial en la calle General Oraá en Madrid. Durante una semana en el primer trimestre y otra al final de curso intentaban ponernos al día, que nos coordináramos, que ofreciéramos nuestras experiencias,etc.Fue allí en donde tuve la oportunidad de encontrarme con el primer software educativo en discos de 5 1/4 destinado a educación especial.
Todavía recuerdo la cara de algunos de esos alumnos y la de algunos maestros ante esa pantalla mágica que obedecía nuestras ordenes y que tanto nos gustaba.
Aquello nos abría unas puertas, nos ilusionaba y,en mi caso, sentó las base para que al día de hoy, y tras muchos palos de ciego,seguimos pensando que estos cacharros pueden cambiar la escuela y la relaciones entre maestros y alumnos.
Domingo, muy interesante tu descripción de la primera experiencia de contacto con la informática en educación.
Yo recuerdo, a principio de los noventa, la sede del Centro de Recursos de Educación Especial en Madrid. Solamente fui una vez a impartir un curso, y no volví a tener contacto.
He lanzado este mensaje con la intención de abrir debate sobre lo que fue aquella época. Han pasado veinte años y es hora de hacer balance. Creo, que entre todos, debiéramos escribir y reconstruir nuestra historia personal de lo que supuso aquel tiempo (inocente) de iniciación al uso de las TICs en las aulas
¿qué te parece?
saludos, manuel area
Me parece fenomenal Manuel, creo que que entre todos podemos contar muchas «batallitas», así por ejemplo la emoción que supuso enviar y recibir el primer e-mail, visitar la primera web, ¡mi primer chat! etc,etc.
A ver si entre todos hacemos algo. Yo me apunto.
LIZBETH ARBONA(ESTUDIANTE UNIVERSIDAD DE BARCELONA), UN SALUDO, DOY LAS GRACIAS POR LA INFORMACION DADA YA QUE ESTOY INVESTIGANDO COMO FUE EL INICIO/ORGIEN DE LOS ORDENADORES EN LA ENSEÑANZA ESPAÑOLA Y ESTE BLOG ME A CENTRADO A SU VES ESPEERO QUE PRONTO SE PUBLIQUE COMO FUE AÑOS NOVENTA, TAMBIEN AGRADECIRA SI ME PODRIAN ENVIAR INFORMACION ADICIONAL PARA MI TRABAJO, MUCHAS GRACIAS DE ANTAMANO, UN SALUDO.MI CORREO ES lizbeth_arbona@hotmail.com
La verdad es que ha sido muy edificante leer como se realizó la introduccion de la informatica en las aulas y como yo fui uno de los que tubo la suerte de entender que era el futuro, de hecho , con unos precarios bull ,realizabamos costosos procesos de redaccion en precarios procesadores de texto y realizabamos precarias introducciones al basic, pero ello me permitió estar siempre pendiente de las innovaciones y entender que era el futuro.
Saludos y gracias por el articulo
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