No sé muy bien lo que es una persona friki. Quizás yo sea uno. Es una de esas palabras de moda y, en consecuencia, polísémica donde cada uno le otorga el significado que considera más oportuno. En wikipedia dicen que es «un individuo que se muestra inusualmente interesado u obsesionado por un tema particular; o aquellas personas específicamente interesadas (en algunos casos de manera obsesiva) hacia los temas de la llamada «cultura friki» (ciencia ficción, la fantasía, el manga, el anime, los videojuegos, los cómics y la informática, entre otros).
Los frikis digitales
Curiosamente, dentro del mundo digital, hay mucho friki. En los actuales tiempos han empezado a proliferar los individuos que, por uno u otro motivo, están más cómodos y seguros ante una máquina con teclado y pantalla que ante otro ser humano. Recuerdo como hace pocos meses atrás, en uno de esos congresos/jornadas/workshops que ahora tanto abundan sobre las TIC, un joven -que aparentemente reunía los atributos de friki digital- habló, seguramente sin darse cuenta, mirando más tiempo hacia una pizarra colgada en la pared (es decir, dándole la espalda al público) que hacia los que allí estábamos presentes. Esto pasa mucho con los powerpoint y similares: el orador en vez de buscar comunicarse con las personas, se pone a leer el texto (no explicarlo) mirando hacia la pantalla.
Supongo que uno no nace friki, sino que se va haciendo con el tiempo. A más tiempo de interacción con las computadoras más probalidades de pertenecer a frikilandia. En ese sentido, yo soy casi un friki digital, pero como fui criado en el culto al papel, todavía cultivo un cierto gusto por el olor a tinta, al sosiego de la lectura larga, y al blanco y negro de la letra impresa. Todo esto me ha «salvado» de ser un friki al uso, pero reconozco que estoy colgado de una computadora todo lo que puedo.
Los frikis a los que me estoy refiriendo –sobre todo los que han convertido al “software libre” como narrativa utópica que salvará a nuestra civilización- suelen ser varones, tener menos de treinta años, manejan software totalmente extraño, acceden y manipulan bases de datos o computadoras que existen en algún lugar ciberespacio, son fanáticos de linux, ubuntu y similares, hablan un lenguaje extraño de códigos, palabras en inglés y conceptos abstractos, etc. Este sentimiento o sensación de pertenecer a una casta que vive experiencias y posee habilidades ignoradas por la gran mayoría de los sujetos normales provoca que caigan en la tentación de transformarse en gurús. Son tan frikis que interaccionan fácilmente con otros colegas o frikis similares a través de la máquina, pero, en muchas ocasiones, tienen dificultades en la comunicación humana presencial. Y esto debiera ser preocupante.
El gurú es necesario: nos ilumina en la confusión
Y ¿qué es un gurú?. El diccionario de la RAE la define como «Persona a quien se considera maestro o guía espiritual, o a quien se le reconoce autoridad intelectual». En un sentido amplio podríamos entenderla como una persona iluminada y que da luz a sus seguidores. Y en estos tiempos de confusión y crecimiento desmesurado de la tecnología han empezado a proliferar muchos en el ciberespacio.
En este sentido podríamos afirmar que la Web 2.0 tiene sus propios gurús que están omnipresentes digitalmente en blogs, microbloggings, videos de conferencias, … Sus opiniones, informaciones, reflexiones y demás ideas son tomadas en consideración y son replicadas de forma viral -como se dice ahora- en otros muchos blogs y canales de RSS. Por supueto Twitter y Facebook son también herramientas en la difusión de la «buena nueva» del gurú correspondiente.
Reconozco, por supuesto, que soy seguidor de alguno de estos gurús/maestros/profetas informáticos -tanto nacionales como de otros países- ya que me ofrecen nuevas ideas, noticias, reflexiones sobre lo digital en sus múltiples planos (sobre avances tecnológicos, de tendencias o nuevas prácticas sociales, reflexiones teóricas, …). Por ello quisiera expresar mi respeto intelectual y reconocimiento a estos personajes y que-si me permiten- no daré aquí ningún nombre concreto. Cada uno tiene sus propios gurús que sigue a través de RSS.
Los fans y los eslogans
Quisiera, en todo caso, llamar la atención sobre dos efectos o fenómenos que los rodean y que no me gustan. Uno es convertirse en creyente y/o profeta local donde se tiende a reproducir acríticamente lo que se ha leído u oído a alguno de estos «popes» o «gurús» famosos. Es asumir la fe en el gurú y convertirse en fan del mismo. Por otra parte, y es el segundo fenómeno que critico es que está proliferando un discurso basado en la repetición de eslogans. De este modo, la reflexión se convierte más en un eslogan que en una idea razonada. Por ejemplo términos como «inteligencia colectiva», «conocimiento libre», «arquitectura social», «plataforma de emociones» entre otros. Un análisis profundo de estos términos nos lleva, a veces, a descubrir que debajo de los mismos solamente hay tópicos, o frases más próximas a la publicidad y al marketing que al pensamiento o ensayo cultural elaborado.
¿Cuántos de nosotros no reproducimos en nuestros blogs, charlas o conversaciones estos conceptos de un modo superficial e instantáneo de forma que al nombrarlos nos creemos cargados de razones?. ¿Cuántos de nosotros repetimos sin pensarlo mucho, a modo de mantra, que somos una inteligencia colectiva o que la web 2.0 persigue el conocimiento libre? ¿De verdad se lo creen? Por favor, deténganse a pensar qué es la inteligencia, si es individual o puede ser grupal, si lo que circula en la red es realmente conocimiento, o es mera información, si libre es igual a gratuito, etc. etc.
Los educadores tenemos mucho de friki y algo de gurús
Antes, en todas las civilizaciones humanas anteriores, llegar a ser gurú o maestro era un proceso que llevaba mucho, mucho tiempo de aprendizaje experiencial, de reflexión, de meditación, de estudio, de debate, de recogimiento, de crecimiento personal, y la condición de maestro se alcanzaba en la edad madura. Lo sorprendente de este tiempo moderno que nos ha tocado vivir es que ahora los maestros o gurús (de la sociedad digital) suelen ser sujetos friki que viven aceleradamente, que están pegados a una computadora leyendo y escribiendo de forma constantemente acelerada –para estar a la última-, que están en mil redes sociales enviando y recibiendo mensajes, que precisan estar conectados permanentemente a la Red con diversos dispositivos o gadget electrónicos, que viajan para impartir un curso o conferencia y salen corriendo para participar en otra, que discuten y se acaloran en debates públicos, …
Ahora, el reposo, el sosiego, la meditación, la calma, la reflexión pausada no es una condición necesaria para ser gurú. o maestro Al contrario, todo hay que realizarlo deprisa, muy deprisa para no volverte antiguo. Curioso ¿no? En definitiva, siento simpatía por los frikis y los gurús, aunque desconfío de los fanáticos. De hecho pienso que los educadores que estamos entusiasmados con la cultura digital tenemos mucho de friki y algo de gurús. ¿Tú no lo eres?
Le llamo la atención sobre el anacoluto que se aprecia en el siguiente fragmento de su texto: «Esto pasa mucho con los powerpoint y similares: el orador en vez de buscar comunicarse con las personas, sus nervios provocan que se concentre en lo proyectado para leer el texto (no explicarlo) dando la espalda a sus oyentes». Gracias a Dios, Blogger permite solucionar estos errores mucho mejor que la imprenta.
Un saludo.
Percibo un cierto conflicto entre lo antiguo y lo nuevo que no me resulta ajeno porque también vivo inmerso en una dialéctica similar.Sin embargo, no creo que sea necesario mitificar lo antiguo para poder criticar lo malo de lo nuevo.
Yo también sigo a algunos gurús por curiosidad o porque me enriquecen, pero no olvido que no puedo aspirar a ser uno de ellos porque mi trabajo es otro. Lo tremendo de la «seducción TIC» es que una gran parte de los educadores desean -si no convertirse en gurús- obtener un cierto reconocimiento en el mundillo de las TIC. Así, asistimos a congresos, retransmitimos conferencias de gurús e inventamos saraos de todo tipo para poder soportar la insignificancia de la vida real en la que nos vemos obligados a lidiar con niños y niñas que no están a nuestra altura. Lo decía una compañera docente no hace mucho en su blog, los docentes estamos, en cierto modo, «acomplejados».
Afortunadamente nos ayuda mucho la participación en programas de formación del profesorado y la coordinación de proyectos institucionales para hacer más llevadera la «insoportable levedad del ser».
Me gusta esta serie de artículos, ta animo a seguir con ellos.
Hola: Mi nombre es Lucía. Agradezco su comentario sobre la idea del acelerado friki-gurú educador. Pero respondiendo a su pregunta mi respuesta es no. Las NNTT aceleran sólo en la medida en que uno de deje acelerar. Este es mi punto de vista, La vida cotidiana tiene momentos tan deseables que merece la pena vivirla con cuatela y despacito. A mí me encanta saborear el café. Pero también me gusta Facebook, los blogs y Flikr. Gracias. Cordialmente, Lucía
Personalmente no creo que hayamos llegado aún al punto máximo. La revolución «social» de Internet parece haber terminado, ya hemos migrado todos de la W1.0 a la 2.0. Ha sido traumático en algunos casos, pero ya está, y creo que el proceso de evolución que estamos viviendo es TAN excitante, que aún queda mucho por aprender.
Hay demasiada gente totalmente ajena a este mundillo y a las posibilidades que ofrece, y les sorprendería descubrir cuántos de los llamados «nativos digitales» tienen un conocimiento muy sucinto sobre los medios de comunicación en los que participan.
Los gurús son importantes, sí, pero creo que lo mejor que tiene la web social es que castiga sin piedad a los estancos, los que no evolucionan o los comunicadores dogmáticos. Internet pone y quita reyes. Nosotros elegimos. Y ahora, con la web semántica y las promesas de motores de búsqueda inteligentes, es hora de empezar a educar a la gente en la web 3.0 antes de que sea demasiado tarde. Porque a muchos ya les resulta totalmente imposible seguir el ritmo de la evolución tecnológica que estamos viviendo.
En fin, educación, educación y educación. El número de conferencias que hay es cada vez mayor, cada vez hay más congresos, webinarios, workshops, etc. ¿Por qué? Pues porque los profesionales de la publicidad y el márketing son conscientes de las apabullantes evidencias de que la Web 2.0 puede contribuir a un mundo mejor, más democrático e igualitario. Y ya hay ejemplos de eso a porrillo. Casos y más casos.
Tengo que decir q éste ha sido uno de los pocos artículos sobre el tema que me invita a participar en la conversación por su contenido. ¡Cuánta basura hay en Internet!
Buenas. Primeramente, para ponerle en situación, quisiera comentarle que se podría decir que soy un friki digital (véase mi blog para más información). También soy uno de esos que se ha convertido al «software libre como narrativa utópica que salvará a nuestra civilización», manejo «software totalmente extraño» y hablo un lenguaje de «extraños códigos» (es lo que tiene trabajar de informático, que hacen falta este tipo de conocimientos…)
Una vez hecha la presentación, si permite que alguien que no sabe relacionarse con seres humanos, le de un consejo, primero infórmese bien de lo que realmente es el software libre, Linux y Ubuntu, porque en el párrafo que habla sobre ello, lo único que demuestra es un absoluto desconocimiento de la materia; quizás por ello se sienta algo inseguro, siendo la causa del tono de superioridad moral con el que está escrito el artículo.
Claro que quizás esté equivocado, ya que normalmente sólo me relaciono con «computadoras» y se me escapan las sutilezas del lenguaje humano.