Una confesión: pronto voy a cumplir 50 años. Medio siglo. Hasta hace pocas décadas atrás cumplir esta edad era entrar en la categoría de los viejos. Hoy decimos que estamos en la mediana edad, o que somos adultos maduros. Al menos así me siento. Un aspecto interesante de haber vivido medio siglo es que me otorga –o al menos así me lo creo- una cierta distancia del presente, y eso me da confianza para poder hablar de la actualidad teniendo en cuenta la experiencia pasada. Soy ya un veterano en el uso de la tecnología digital. Viví, con poco más de veinte años, la aparición del primer PC (allá en 1982) y enseguida empecé a trabajar con ellos. Era adulto joven cuando apareció Internet (allá a mediados de los noventa) y me entusiasmé con sus posibilidades cuando todavía era un territorio inexplorado y desconocido.
Decía que estoy a punto de cumplir los cincuenta años y, habiendo probado de todo con la tecnología, me van a permitir que sea políticamente incorrecto y decir públicamente cosas que, en el discurso actual de la blogosfera, son contracorriente. Mis ideas y valoraciones – quiero dejarlo claro- no están escritas desde la tecnofobia que acompaña a muchos colegas de mi generación y de otras anteriores, sino que son fruto de la experiencia y conocimiento que he ido acumulando con el uso de la tecnología digital a la que llevo enganchado desde hace más de dos décadas.
Internet ha sido, y sigue siendo para mí, un espacio mágico donde no sólo trabajo, me divierto, me comunico,… sino que es parte necesaria de mi realidad cotidiana. Soy un habitante del ciberespacio, y esto significa que paso muchas horas diarias en la web haciendo múltiples actividades: escribo en este blog que estás leyendo, leo textos de otros blogs, imparto docencia a través de aulas virtuales, administro una comunidad virtual de docentes en una plataforma de redes sociales, abro varias veces al día mi correo electrónicamente, elaboro y publico muchas presentaciones multimedia en la red, constantemente estoy curioseando y probando nuevos recursos o herramientas on line, busco música y la descargo en formato MP3, compro y planifico viajes a través de Internet, mantengo un sitioweb personal en el que difundo mis trabajos académicos, veo videoclips de todo tipo – de humor, de entrevistas, de programas de televisión, musicales, …-, en fin, que soy un habitante activo del ciberespacio.
Desde que tuve mi primera dirección de email –allá en 1993/94- y, en consecuencia, fui visible digitalmente, han pasado muchas cosas en Internet: la proliferación de los sitios web, el surgimiento y crisis de las empresas punto com, el proceso de popularización y acceso masivo a la Red, el incremento de la carga y descarga de ficheros desde el ruidoso modem de 28,8 Kbps. al silencio de los actuales router ADSL con conexión wifi que descargan varios megas, la digitalización de los servicios administrativos, bancarios, comerciales, educativos, audiovisuales, periodísticos, el surgimiento de las redes sociales y los cambios culturales que se están produciendo en los jóvenes por el uso y abuso de la tecnología, la mercantilización de los contenidos y servicios on line, etc. De la web 1.0 hemos pasado a la 2.0 y pronto a la3.0.
Me encanta Internet y la digitalización de la información y la cultura. Pero hay muchas cosas de lo que está ocurriendo hoy en día en la Red que no me gustan. Y quisiera decirlo públicamente. Para ello, a lo largo de los próximos días y semanas, iré publicando en este blog lo que no me gusta de la actual Internet, es decir, de la web 2.0.
Voy a iniciar una serie de entradas o pequeños artículos donde iré a contracorriente. Me gustaría dejar claro que no pretendo expresar mi disgusto con la tecnología actual, sino mostrar mi malestar con ciertas conductas sociales –y por tanto humanas- que se están produciendo con dicha tecnología. Lo que critico no es la web 2.0 y sus beneficios para construir una sociedad más democrática, plural y solidaria: conocimiento libre, redes sociales, intercambio de información, fácil publicación y acceso, etc. Mis críticas son hacia ciertos comportamientos sociales, económicos y culturales que se están produciendo con los actuales recursos de la web 2.0 y que muchos cibernautas, sin querer, están potenciando. Lo que sigue son dardos –como decía Lázaro Carreter- hacia prácticas de la Web 2.0 que poco ayudan a desarrollar una Internet más democrática en el proceso de construcción colectiva y plural de la cultura y el conocimiento.
Estos diez pequeños dardos se titulan del siguiente modo:
– Tecnología maleducada
– Conocimiento fastfood. Mucha información genera ignorancia
– Internet no existe. Los internautas sí
– Lobos con piel de cordero
– Personalidades cruzadas
– Los eslogans que sustituyen al pensamiento elaborado
– La incontenible afición al último gadget
– Epilogo
Bien Manuel esperamos ansiosos esos post.
Saludos desde Uruguay
A ver esos dardos, para comentarlos poco a poco. El primero, sin ir más lejos, puede ser jugoso, que también cabe decir que «lo bueno, si breve… 🙂
Yo también estaré pendiente…
Deseando Manuel,deseando leer esos pequeños y sin duda interesantes dardos de parte de un twittero, que además le gusta, ya sabes 😉
Me has dado una buena idea para seguir escribiendo dardos «contracorriente». No me gustan los que hablan de Web 2.0. y se refieren a Web 0.2., no me gustan las pizarras digitales, no me gustan las Webquest, el e-learning,…
Deseosa de conocer el resto prometido.
Llegué a este post gracias a que Juandon lo «colgó» en Twitter.
Y todo lo que Juandon publica, generalmente, lo leo en Facebook. Gracias a él y a tantas otras gentes, encontré una manera más ágil de leer cosas que me interesan.
Saludos
El punto que hace Diana Laura considero que es importante…….. Hay que aprovechar de las redes sociales, el valor que aportan en cuanto irradiar discurso…..yo también llegué aquí a través de Juandon en Facebook….
Evidentemente, prefiero el blog que el discurso en 140 caracteres pero creo que no hemos hecho más que comenzar en esto, y yo creo que de este proceso van a salir verdaderas comunidades de interés. Lo cual tiene el enorme riesgo por otra parte de quedar alojadas en afiladas torres de marfil sin conexión entre si……No sé, todo demasiado complejo.
Seguiré esos posts que prometes…pintan muy interesantes
Encantado de conocer otras opiniones. A mí también me gusta y utilizo la Web 2.0 y sus implicaciones en la educación pero reconozco que hay cosas que no me terminan de convencer y, por lo que adelantas en este post, creo que lo que escribas será muy interesante. Por mi parte tienes una ayuda, aunque sea testimonial, para ir contracorriente
Me da la sensación, por lo que dejas entrever, que vamos a estar de acuerdo en muchas cosas, Manuel. Yo acabo de pasar el medio siglo, y a esta edad dan ganas de dejar las cosas claras. Por eso, me parece estupendo que vayas a contracorriente. Estaré atento.
Creo que es parte de la evolución natural de la Web 2.0. ¿Qué va a quedar? depende de nosotr@s.
Espero las entradas y un gran saludo desde México
Ya estoy deseando leerlos.
Estaré atento.
Tiene buena pinta…
Estaré a la espera de los comentarios. Muy buena reflexión
Eres un auténtico crack!
Un fuerte abrazo
:-)))
A veces es bueno nadar a contracorriente para que no nos arrastren las olas. Se parecen a las modas; no es bueno dejarse abducir por ellas…
Saludos