(III) Autoformación del profesorado. Colaboración a través de la Red

Continúo con el tercer post (dedicadao a las TICs y el trabajo en Red entre el profesorado: las comunidades de aprendizaje) de la conferencia que impartí en el CEP de Granada con el título de AUTOFORMACIÓN DEL PROFESORADO. COLABORACIÓN A TRAVÉS DE LA RED (tercera parte)
Recuerden que el esquema de contenidos de esta conferencia es: 1. Del individualismo a la colaboración: un nuevo reto para la profesión docente 2. La autoformación docente y la cultura de la colaboración 3. Las TIC y el trabajo en Red entre el profesorado: las comunidades de aprendizaje 4. El uso de los espacios virtuales para el trabajo colaborativo entre docentes: potencialidades, limitaciones y recomendaciones prácticas. 5. Guía para organizar un espacio virtual para el trabajo colaborativo entre profesores a través de Internet 6. A modo de conclusión: debemos ser coherentes entre lo que predicamos y lo que hacemos

3. Las TICs y el trabajo en Red entre el profesorado: las comunidades de aprendizaje

Cada vez más de forma creciente empiezan a florecer y expandirse numerosos tipos de redes sociales a través de Internet para múltiples fines: para recibir de forma continuada noticias sobre una temática concreta, para participar en subastas o acciones de compra y venta, para inscribirse en un curso y recibir formación a distancia, para realizar contactos amorosos y/o sexuales, para jugar con videojuegos en formato de red, para desarrollar actividades de colaboración profesional, para ser miembro de una comunidad de amigos que chatean habitualmente, para participar en juegos de rol, para compartir aficiones diversas (música, deporte, filatelia, …), etc. etc.
Es evidente que un colectivo o grupo de profesores son una comunidad de práctica o red social que convergen en intereses comunes y especializados y que requieren a sus miembros un compromiso de participación activa. Por ello la pregunta que cabe plantearnos es: ¿De qué forma las TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación) pueden ayudar o ser útiles para una comunidad o grupo social como es el caso de los colectivos docentes?.
Las razones o argumentos que se pueden ofrecer y que justifican la necesidad de utilizar los espacios virtuales para el trabajo colaborativo entre profesores son variados, pero creo que se pueden sintetizar en dos:
a) el uso de los recursos que proporciona Internet (correo electrónico, foros, Messenger, aulas virtuales, intercambio de ficheros, …) permiten extender más allá de la presencialidad o encuentro físico la comunicación entre cada uno de los miembros del grupo. Es decir, una red o espacio virtual de trabajo hace posible que cualquier sujeto perteneciente a un colectivo pueda estar en contacto permanente con los demás independientemente del lugar en el que se encuentre. Los recursos de Internet permiten, en este sentido, superar las limitaciones que impone el espacio físico y el tiempo.
b) el otro argumento está vinculado con el concepto de gestión del conocimiento entendido como “el conjunto de actividades desarrolladas para utilizar, compartir, desarrollar y administrar los conocimientos que posee una organización y los individuos que en esta trabajan, de manera de que estos sean encaminados hacia la mejor consecución de sus objetivos… Este método de trabajo permite que las personas aprendan, tengan criterio y refuercen sus conocimientos.
En este sentido podemos sugerir que una buena “gestión del conocimiento” permitirá que los miembros más noveles de una organización aprendan de otros más experimentados. Algo fundamental en los colectivos profesionales como pueden ser los docentes. Por ello es muy importante cómo formalizar, es decir, dar forma y reconstruir la experiencia y convertirla en un documento u otro tipo de objeto digital (sea video, presentación multimedia, mapa conceptual, o texto narrativo).
Aquí radica la esencia y valor de los proyectos de innovación: cómo lograr no sólo planificar y poner en práctica un proyecto, sino cómo reconstruir dicha experiencia en un informe que ayude a otros colegas docentes a innovar su propia práctica. Por todo ello, los espacios virtuales de comunidades de práctica también se denominan comunidades de aprendizaje que hemos de entenderlas como un tipo particular de grupo social o comunidad virtual caracterizada como “grupos de personas (profesionales, estudiantes, gente con intereses comunes, …) que interactúan, a través de la red, de forma continuada para intercambiar información, ideas y experiencias con el objetivo de velar por el desarrollo personal y profesional de los miembros que la componen” (Rubio, 2005, pg. 76).
En la enciclopedia virtual difundida a través de Internet denominada WIKIPEDIA que es quizás, en estos momentos, uno de los casos más ejemplares de un proyecto elaborado de forma conjunta y compartida entre toda la comunidad de internautas, se define al trabajo colaborativo mediante ordenadores de siguiente modo:
“El trabajo cooperativo (Computer Supported Cooperative Work) se define como procesos intencionales de un grupo para alcanzar objetivos específicos, más herramientas de software diseñadas para dar soporte y facilitar el trabajo. En el marco de una organización, el trabajo en grupo con soporte tecnológico se presenta como un conjunto de estrategias tendientes a maximizar los resultados y minimizar la pérdida de tiempo e información en beneficio de los objetivos organizacionales. El mayor desafío es lograr la motivación y participación activa del recurso humano”.

Según Woodcock (citado por DeBenito, 1999) el trabajo colaborativo a través de la red presenta dos componentes básicos: el tecnológico y el humano. El componente tecnológico lo conforman: los sistemas de comunicación como el teléfono, el correo electrónico, la videoconferencia, etc.; espacios compartidos donde dos o más personas pueden trabajar sobre un mismo documento simultáneamente (p.e. pizarra compartida); información compartida donde se pueden almacenar, acceder, modificar y manipular información; posibilidad de realizar actividades conjuntas (como lluvia de ideas, votaciones, etc.). El componente humano estaría integrado por: la manera en que las personas organizan su trabajo y se comunican; la gestión de grupos; aspectos relacionados con el diseño del trabajo en grupo; y, la dinámica de grupos, la forma en que la gente colabora.
Asimismo es necesario señalar que cada comunidad virtual, en este caso de docentes, puede comunicarse e interrelacionarse mediante distintos tipos de recursos tecnológicos entre los que destacan:
– listas de distribución
– foros de debate
– chats
– correo electrónico
– transferencia de ficheros
– wikis
– diarios/blogs/bitácoras
– espacios virtuales colaborativos (BSCW, Moodle)

Pero la utilización de estas tecnologías exige una formación del profesorado en distintos ámbitos o campos de competencias no sólo vinculadas con la adquisición del conocimiento en el uso del hardware y el software, sino y sobre todo, en el uso inteligente de la información así como en las estrategias de comunicación. Al respecto Rubio (2005) señala que los profesionales de la sociedad de la información, entre ellos los profesores, deben ser usuarios de las tecnologías y en consecuencia deben disponer de formación en competencias para la gestión de la información que concreta en la adquisición de:
competencias informacionales para hallar la información clave (estrategias de búsqueda, organización de la información, detección de fuentes fiables, etc.);
competencias cognitivas para trabajar y procesar información (valoración y selección de información válida, análisis de información novedosa, interrelación con conocimientos previos, etc.);
habilidades participativas y actitudinales para promover las relaciones interpersonales, la predisposición a la comunicación, la cooperación y el trabajo en equipo, la inquietud y curiosidad para seguir aprendiendo y para compartir conocimiento personal.

Herramientas informáticas para el trabajo colaborativo
(De Benito, 1999)
Aplicaciones compartidas. Permiten manipular un mismo documento simultáneamente por todos los miembros del grupo.
Asignación de tareas. Facilita la asignación de tareas en trabajos determinados, para todos los integrantes del grupo.
Bases de datos.
Calendario. Herramienta que puede ser utilizada de forma individual o compartir una agenda con el grupo.
Chat. Permiten la comunicación síncrona a través de texto.
Convocatoria de reuniones. Facilita la convocatoria de reuniones, incluyendo el asunto de la reunión, quién la convoca y los asistentes, …
Incorporación de una URL. Posibilita el dejar URL interesantes de forma sencilla.
Lluvia de ideas. Permite al grupo generar una lista de ideas, cada miembro va añadiendo sus ideas al resto.
Mapas conceptuales. Ayuda a organizar y relacionar diferentes ideas juntas. Es un editor de gráficos que permite manipular enlaces y nodos.
Navegación compartida. Permite que los demás miembros del grupo puedan seguir un itinerario de navegación propuesto por otro miembro de forma simultánea.
Notas. Permiten dejar notas breves a los otros miembros del grupo.
Pizarra compartida. Posibilita la manipulación de un dibujo, gráfico o esquema por todo el grupo de forma simultánea.
Video/audioconferencia. Permite una comunicación síncrona a través de video y/o sonido.
Votaciones. Gestiona la votación de ideas por parte del grupo, normalmente con una respuesta afirmativa o negativa, exponiendo seguidamente los resultados de la votación
.

En el siguiente post abordaré «El uso de los espacios virtuales para el trabajo colaborativo entre docentes: potencialidades, limitaciones y recomendaciones prácticas»

3 comentarios

  1. lo voy siguiendo con interés, quiero ver las conclusiones. laura

  2. ok, laura
    seguiré pronto con el próximo «fascículo»…..

  3. Hola
    Hola

    No cabe duda que la colaboración es muy importante en una Comunidad. La pregunta que hago, es:

    ¿Te refieres a una Comunidad de Aprendizaje o a una Comunidad de Práctica, que conforme a la literatura es muy distinta?

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